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Artesanía al hombro

Yadira empezó a vender artesanías gracias a su ex suegra, quien lleva más de 50 años en la venta y fabricación de éstas en Girardot, Cundinamarca. Poco a poco se encariñó con el oficio y quiso elaborarlas ella misma. Aprendió a tejer macramé, a pintar cerámicas para darle valor agregado a las alcancías y materas, a decorar bolsos, pintar sombreros, arreglar totumos para hacer muñecos, frutas y todo aquello que la imaginación estuviese dispuesta a brindarle. “La elaboración es algo innato. Veo algo que me gusta y lo hago. Me arriesgo y me queda bien” dice sonriente.


 

Al subir los escalones del segundo piso de la Galería, se encuentran los locales de venta de artesanías. Canastas, cerámicas, sombreros, ponchos, recuerdos, cucharas de palo, antorchas, adornan los cuatro negocios del piso superior, entre ellos el local 418, en que labora Yadira Ríos.

 

Yadira Ríos es una mujer joven, trabajadora y artesana. Tiene 40 años, de los cuales ha dedicado 12 en la fabricación y ventas de artesanía. Aunque es proveniente de Casanare, Yadira reside en Ibagué hace 19 años, lo que le da seguridad para decir “yo soy más tolimense que cualquiera”.


 

Debido al desalojo presentado en el predio que se conocía como la Bodega Artesanal ‘Mi Tolima’, entre las calles 16 y 17 con cra. 4ª, y luego de pagar arriendos caros para guardar sus artesanías, Yadira consiguió un local en la Plaza de la 21, en el cual trabaja desde hace dos años. Y aunque la venta de artesanías en la galería ha sido buena y se siente amañada, considera que se han visto afectados “porque nos revolvieron las cocinas con las artesanías y nos afecta mucho el humo, la grasa. Es la ubicación.” Dice refiriéndose al segundo piso de la galería.

 

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Además, Yadira cree que hace falta dar a conocer la Plaza de la 21, puesto que queda escondida y existen prejuicios ante la inseguridad del sitio. “A mí me parece que para la venta de artesanías en Ibagué, sería bueno fijar un solo sitio y reunir a los artesanos de la calle 10, carrera 4ª, las de las plazas.” Sin embargo agrega que estos lugares “son puntos estratégicos y así como el cuento: para todos los estratos hay su punto de venta”.

 

Todos los días de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, Yadira trabaja en su local de artesanías. En los momentos en que no está atendiendo a clientes, pinta, diseña, crea, figuras representativas de Ibagué como estatuillas del Boga o recuerdos con formas de instrumentos musicales. Dibuja flores en sombreros “guamunos” o teje cortinas en Macramé.

 

Para Yadira “las artesanías deberían conservarse como algo típico, de nuestros antepasados. No como algo desechable como la mayoría de cosas en la actualidad”. Elaborar sus artesanías le ayudó entre otras cosas a “valorar lo nuestro”. Aunque no le ha enseñado nunca a nadie y a su hijo poco le gustan, no descarta la idea “para que no muera la tradición”.

 

―Muchas veces preferimos cosas porque vienen del extranjero, de Miami, de no sé dónde… pero en realidad todo lo que nosotros tenemos vale más que cualquier otra cosa. En ningún otro país encuentra lo que usted encuentra aquí en Colombia y en realidad la artesanía es tan rica, tan diversa y de tanto valor, que los mismos extranjeros le encuentran ese valor y el significado así sea a un totumo.

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